InicioDestacadoEL CLUB CUMPLIÓ SUS PRIMEROS 110 AÑOS DE VIDA: DATOS HISTÓRICOS

EL CLUB CUMPLIÓ SUS PRIMEROS 110 AÑOS DE VIDA: DATOS HISTÓRICOS

Publicado el

como homenaje al cumplirse el 110° aniversario de la fundación del Club y homenaje a sus fundadores y a la dirigencia que dio los primeros grandes pasos, se publican estos datos históricos extraídos de periódicos de la época, de documentos archivados y de los Libros de actas.

 

LOS PRIMEROS PASOS DEL CLUB 

(Texto extraído de una nota escrita el 31 de mayo de 1951 por uno de los presentes en la asamblea constitutiva, Miguel B. Navello, a través de una narración que nos ubica muy gráficamente en el tiempo y en la época de la creación del Club).

 

Corría el verano del año 1914.  El mundo se debatía en el mayor choque de ideas vivido hasta entonces y se convertía en la más cruel y horrible guerra mundial.

El País vivía momentos de efervescencia: Buenos Aires pulsaba las palpitaciones de un vuelco político inminente y todo era ansiedad, confusión, inquietud….

Y allí lejos, enclavado en el lejano oeste Bonaerense, un pueblito, con reminiscencias de vieja y pequeña aldea y con ansias y pretensiones de futura gran ciudad, vivía el ensueño tranquilo de sus propias inquietudes, de sus propios pequeños grandes problemas.

Las sombras de la noche han caído sobre el pueblo como una bendición de paz y sosiego, una suave brisa fresca y vivificante reconforta los espíritus luego de la sofocante jornada de labor.

Las veredas se van poblando poco a poco de sillas y sillones, ha llegado la hora de “tomar el fresco” y los vecinos poco varían sobre el tema del tiempo o de la carestía de la vida.

Pero hay una juventud que escapa al tedio general de esa noche de verano. En el medio del pequeño pueblo, una plaza, una plaza verde de árboles y de pasto, una plaza que canta en las noches su canción de cigarras, una plaza con bancos confidentes. Y en un banco, una barra, una barra de muchachos, una barra de muchachos millonarios, millonarios de quimeras …. de ilusiones …. de esperanzas.

los bancos en la plaza, esquina de Mitre y Libertad

Y en las sombras de la noche, el humo de los cigarrillos se pierde en el vacío junto a las historias de esa barra de muchachos, las leyendas y las risas y disputas que iban quedando atrás como la historia de aquel viejo criollo que un día, pasando a caballo vio a ese grupo de muchachos pateando una pelota:

–  Y eso ? Qué es eso ?

–  Y …. una pelota.

–  Una pelota ? Y para que la patean, pues ?  O es que no les sirve ?

–  Cómo para qué sirve ?  Para hacer goles !

–  Para hacer qué ?

–  Para hacer goles !

–  Goles ?  Y a patadas ?  Linda manera de hacer las cosas …

Y con la eterna protesta de que los muchachos de ahora no son como los de antes, se alejó al tranquito de su caballo.

Pero estas eran historias, las del juego del “inglés loco” y ya han ganado el interior, todos conocen la palabra “foot ball” y en 9 de Julio muchos lo juegan.

Y al barra, nuestras barras de muchachos lo comenta y quieren darle forma y miran hacia el futuro.

Pasan las semanas, va cediendo el verde brillante del verano y de la paleta mágica del tiempo, surge en ligeras pinceladas la amarillenta hojarasca del otoño.

Llega junio …. y un día surge la idea, espontánea, alegre, decidida: sí …. por qué no ?. UN CLUB !, un centro que reúna a toda la juventud que tenga las mismas sanas inquietudes.

Y así, en el silencio del atardecer pueblerino, los pasos presurosos y entusiastas de un grupo de jóvenes, era un canto de alegría, había un brillo distinto en sus ojos de miradas francas. Había en sus rostros otra expresión emocionada de expectativas.

Y de esta forma, mientras el pueblo dormía, estaba naciendo modesta, pero llena de entusiasmo y de sanas ambiciones, una institución, cuya reunión inaugural había sido iluminada por la tenue y vacilante luz de una vela.

Las sombras de la noche cobijaron y repitieron en ecos lejanos los pasos presurosos de esos muchachos que volvían a sus casas con el corazón y la mente llenos de alegría y entusiasmo …. y hubo quienes esa noche no pudieron pegar un ojo.

Mientras, afuera, las luces de las calles, como puntos suspensivos prolongaban esa noche hacia el futuro.

                                           ***************

Según versiones periodísticas de los primeros años del siglo pasado, ya desde el año 1904 un grupo de jóvenes, que serían los precursores de la fundación del Club, se reunían habitualmente para jugar al fútbol en un terreno ubicado en las calles Salta y Robbio, liderados por quien luego sería una de las más importantes figuras del fútbol local, Carlos Izaguirre y por Alberto Scala. Se cree, que en el año 1906 habrían creado un Club Atlético, pero de efímera duración, porque habría concluido su actividad tres años después.

De todos modos, el grupo crecía y así es que en 1907, ahora se reunía y jugaba en una cancha que se armó en un costado de plaza España; allí enfrentaron a un equipo de la ciudad de Mercedes, integrando el conjunto local: Justo Aramburu, Manuel Orbea, Manuel Zalacaín, Luis Díaz, Sixto Quinteros, Ambrosio Maya, Eduardo Ferreira, Rodolfo de la Plaza, Raúl Benedetti, Pedro Scarsi, Pablo Irigoitía, Angel Garré y Benigno Sainz. (ver la foto)

Años más tarde, la mayoría de esos jóvenes más otros que no jugaban al fútbol, empezaron a reunirse en forma periódica en la imprenta “El Liberal”, de José Schiaffino, ubicada en Vedia 453, entre Tucumán y Río Negro (se consigna la numeración antigua). Ya en el año 1914 va madurando la idea de unirse más formalmente, a través de un club, a cuyo efecto se convocaron a una Asamblea constitutiva para el día 10 de junio a las 20 hs. en la misma imprenta.

La asamblea fue presidida por el Escribano Ortiz Costa y concurrieron, en carácter de socios fundadores: CARLOS ORTIZ COSTA, ROGELIO D. PÉREZ, EMILIO L, GIOVANINNI, MIGUEL B. NAVELLO, RAÚL BENEDETTI, JOSÉ MARÍA BULDAIN, ROBERTO GONZÁLEZ FIGUEROA, FRANCISCO A. BENEDETTI, JULIO P. CARQUELLI, SAÚL GORNATTI, FÉLIX PLATERO, CARLOS ESNOZ, RAFAEL F. PRIETO, ANTONIO VITA, EDGARDO N. MILLÁN, ARTURO VAN DER HERDEN, HUGO CONTARINI, JACOBO D’ELÍA, JOSÉ SCHIAFFINO, BERNARDO GARCÍA COBO, SIXTO QUINTEROS, ALFREDO H. COMAS, JAIME A. BARDEZ, JUAN LOGARZO, CÁTULO BERNI, EMILIO ADOBATTO, MANUEL H. ACOSTA, LIBERATO DOMÍNGUEZ, ALBERTO HIDALGO, ALFREDO IZAGUIRRE, PEDRO R. TOLEDO Y VENTURA VITA.

Foto del Escribano Carlos Ortíz Costa

Concurrieron “con el fin de que, aunados todos los esfuerzos necesarios, se constituya y funde un centro de juegos atléticos, que desde algún tiempo se viene sintiendo esa necesidad, para el cultivo y expansión del ejercicio físico, como ámbito de distracción, diversión y goce”, según lo expresaron en el acta n° 1.

Se integró una comisión provisoria, con Carlos Ortiz Costa, Emilio L. Giovaninni, Rodolfo Grunewald, Rogelio D. Pérez, Miguel B. Navello y Raúl Benedetti, quienes tuvieron a su cargo la redacción de los estatutos y la convocatoria a nueva asamblea para dentro de una semana, en la que, mediante la votación de los presentes, quedaría formalmente constituida la primera comisión directiva.

Según lo resuelto, el día 18 de junio, se reúnen nuevamente en Asamblea para aprobar los Estatutos y para designar la primera C.D.-

Dice la crónica del periódico “El Liberal” del día 20 de junio: “En la redacción de nuestro periódico anteanoche efectuóse una nueva asamblea por los amateurs de los juegos atléticos, a fin de dejar definitivamente constituido un centro.- Abierto el acto por el presidente provisorio, don Carlos Ortiz Costa, se procedió después de haberse dado lectura a los estatutos, los que fueron aprobados, a la elección de la Comisión directiva, la q’ en definitiva quedó constituída así: Carlos Ortiz Costa, presidente; Abel Orbea, vice; Roberto González Figueroa, secretario; Rogelio D. Pérez, tesorero; y vocales: Miguel B. Navello, Emilio Giovaninni, Ventura Vita, Cataldo Berni y Emilio Adobatto; revisores de cuentas: Jaime A. Bardes y Jacobo D’Elía.- El Club “Atlético 9 de Julio”, nombre que llevará esta institución, cuenta en su seno con la mayoría de la juventud Nuevejuliense, la que sabrá dar buenos rumbos al centro que acaba de constituirse”.

Así quedó formalmente constituido el Club Atlético 9 de Julio hace 110 años y no dejaría de crecer en toda su rica historia.

 

LAS SEDES SOCIALES: SÍNTESIS HISTÓRICA

Las primeras reuniones de la Comisión Directiva se realizaban en la Escribanía Ortiz Costa, calle Córdoba (hoy Robbio) 334 (entre La Rioja y San Luis – hoy Cavallari-) y después, comenzaron a alquilar pequeñas casas o locales, en 1915 al lado del Teatro Rossini, Libertad 335 (hoy confitería y heladería); en 1916, con la presidencia de Raúl Benedetti, alquilaron una casa, en Libertad 224 (San Martín y Salta) y compraron, con bonos de un empréstito, que la mayoría donó: 3 docenas de sillas, 10 mesas, una mesa grande para la biblioteca, un billar, guantes de box y se recibió en donación juegos de ajedrez y de damas y le compraron a la “Sociedad Cosmopolita de Socorros Mutuos” equipos de Gimnasia y de Esgrima, contratando luego al Profesor de Armas para las clases.

Un paso muy grande, que se vio reflejado en la cantidad de socios que ya había, en agosto: 118.

Al año siguiente, quedando chica la casa, alquilaron al lado del teatro, del otro lado, (hoy joyería y relojería), un amplio salón donde realizar todas las actividades sociales y reuniones, que resultó la más importante y duradera hasta entonces: registraba ahora 315 asociados. (Resaltado en la foto, el escudo de entonces, con una pelota de fútbol)

PRIMERA SEDE GRANDE

Allí estuvo mucho tiempo, 15 años, pero ya le quedaba chico el lugar por lo que alquilan a la vuelta, un enorme salón, sobre calle La Rioja, (lado del cine 9 de Julio, de entonces),

donde funcionaba el Club Unión, que fue clausurado por el gobierno militar surgido de la Revolución de 1930 y fue alquilado por el Club, que hizo importantes reformas en el frente

y adaptó en su interior: adelante, un amplio salón para bailes y comidas y detrás, salón de juegos de naipes y de ajedrez y cantina, sobre nivel, con escalinata (lo que todavía se puede advertir, en el actual negocio de electrodomésticos, porque se ha mantenido la estructura edilicia).

Y al lado, donde hay un negocio de venta de regalos, se alquiló una casa donde funcionada la secretaría, la biblioteca y en el patio, una cancha de bochas.

Pocos años más tarde el Club daba un paso gigante con la compra de cinco hectáreas frente al Parque y la construcción de su Estadio.

PRIMERA SEDE SOCIAL PROPIA

Y cuando parecía que se había dado un paso definitivo y todos conformes con las nuevas obras, surge otra enorme posibilidad, la de la sede social propia: un ex dirigente y jugador del Club, el Dr. Eduardo Prieto gestiona ante sus hermanas la donación de una casa que heredaron de su padre, don Anastasio Prieto, ubicada en calle H. Yrigoyen frente plaza Belgrano (hoy ISETA). Lo acompañaron Francisco Benedetti y Emilio Adobatto y retornaron con el consentimiento de Consuelo Prieto de Grego, Adela P. de Perren, Emma P. de Grego y Amanda P. de González Fuentes, quienes junto a Eduardo donaron el inmueble, con el cargo de hacer una biblioteca con el nombre de su padre.

La construcción sería muy complicada, por los costos, pero se resuelve encararla, comenzando con la venta de la manzana de Salta, Levalle, Catamarca (hoy R. N. Poratti) y Lagos, donde funcionó la primera cancha de fútbol, comprada por el Club Once Tigres y se gestiona un crédito a nivel Nacional.

El 11 de mayo de 1948 por asamblea extraordinaria, se autoriza formalmente a la C.D. para firmar la escritura del préstamo hipotecario gestionado dentro del Programa Nacional de Fomento del Deporte: realizados los trámites pertinentes, por decreto del Presidente de la Nación, en abril de 1948 se le concedió al Club el préstamo por la cantidad de $ 270.000, para la construcción de su sede social y debería entregar los primeros $ 20.000 y los restantes 250.000 serían cobrados a medida que se fueran presentando los respectivos certificados de obra; en garantía del pago, se gravó con hipoteca en primer grado el terreno del Estadio y el de la calle H. Yrigoyen, los que habían sido previamente tasados por el B.H.N.

Pero los fondos se demoraron y como existía una gran expectativa por la obra, hubo donaciones y préstamos de asociados con los que se adquirió material y se iniciaron los trabajos. Poco más tarde, el cálculo del presupuesto actualizado fue de $ 800.000 por la obra completa. Por eso, de inmediato se empezaron a gestionar nuevos créditos.

Finalmente, con el ingreso de las primeras remesas y la estricta inspección de la Dirección de Arquitectura de la Nación, las obras tomaron el ritmo esperado por todos.

El control y apoyo económico de directivos y socios es permanente, no dejando que el atraso en los giros del Banco Central provoque la demora en el plan de obras, de modo que permanentemente estaban realizando aportes de todo tipo. Pero a pesar de la ansiedad y deseos de colaboración, fue muy difícil enfrentar al aumento de los materiales de construcción, resultando poco menos que imposible evitar las interrupciones y demoras.

Incluso, en un momento la construcción se paraliza, como es de suponer, por falta de fondos, pero se logra la venta de los terrenos que el Club tenía en calle Salta, frente a la cancha de fútbol y se empiezan a colocar nuevos Bonos del Empréstito interno, de modo que ahora, ya en el año 1956 se reúnen nuevos recursos con los que se logra la ansiada reiniciación de la obra, aunque limitada a la planta baja.

Previendo la finalización de las obras, se empiezan a comprar muebles, artefactos eléctricos, cortinados y todo lo necesario para habilitar la sede: una vez más se pide un nuevo crédito, en este caso al Banco Español, que se concede como era habitual, con la firma de los miembros de la C.D. como garantes.

Y finalmente se terminaron las obras de la nueva sede social, realizándose el 8 de diciembre de 1956 un gran acto de inauguración que significó un acontecimiento social para la ciudad, con la presencia de Autoridades, directivos y muchos asociados, que veían como después de tantos años se lograba por fin, como se dijo, “el techo propio”.- Al mismo tiempo y con la presencia de los  familiares de Anastasio Prieto, se inauguró la Biblioteca que lleva su nombre.

Se construyó al frente, la secretaría y una amplia confitería, denominada “Salón de Invierno”, con gran movimiento social, siempre llena sobre todo de jóvenes

también un amplio hall central que vinculaba a la biblioteca, a un enorme salón de juegos de cartas y billares, con servicio de buffet, una peluquería y baños;

además contaba con un subsuelo, lugar donde al poco tiempo funcionaría el Teatro vocacional de la institución, más un patio, al fondo, donde luego se harían dos canchas de bochas.

LA PLANTA ALTA

Dos años más tarde, cuando todavía no se habían recuperado de los esfuerzos y de las deudas bancarias, se analiza sobre el techado de la planta alta de la sede, evaluando dos proyectos, uno inmediato y de relativamente poco costo y otro más ambicioso, de construcción de un gran salón para bailes y para la práctica de deportes.

El Club ahora cuenta con 2.170 socios.

Por razones presupuestarias y de ansiedad por contar con la planta alta, en 1960 se instala un salón tipo quincho, con postes de madera como columnas que sostenían el techo instalado con chapas de cartón prensado, terminando pronto con las obras, que quedaron habilitadas para reuniones bailables, que a partir de este año adquieren un auge notable, reuniendo gran cantidad de público, con orquestas de primer nivel y para todos los gastos.

En realidad, la obra era provisoria, por eso en la reunión del 26 de agosto de 1963, la CD resuelve la construcción de la planta alta, encomendando al Ingeniero Juan C. Schiaffino la elaboración de un anteproyecto. Aprobada la idea, se convocó para el 13 de octubre de 1964 a una asamblea extraordinaria, donde su mostraron los proyectos y planes de financiación: un gran salón con amplios ventanales hacia la plaza y un entre piso y la idea de financiación sería a través créditos y donaciones; la Asamblea dio el visto bueno y se iniciaron las gestiones.

El gasto principal era el techo, de 14 por 43,30 ms y a gran altura; para ello se llamó a licitación pública, ganando la empresa Fumacol Argentina S.A., con un presupuesto de $ 1.543.668; fue la encargada de su colocación, tarea finalizada en febrero de 1965. Se levantaron las paredes y se fueron adquiriendo por administración los materiales, pisos, aberturas, instalación eléctrica, pintura, vidrios y demás elementos necesarios para la terminación.

Al año siguiente ya se habían invertido $ 3.500.000, que fueron obtenidos a través de un crédito del Banco Español por $ 1.000.000, con la firma de Mario Arosteguy, Ulderico Massaccessi, Eduardo Picardo, José E. Mato, Emilio C. Adobatto y Enrique Malpere; también se lanzó una rifa de 1.000 números de $ 5.000 cada uno; y otro crédito posterior en el Banco Provincia por $ 4.000.000. Se calculó un costo final de alrededor de $ 9.000.000.

Los más interesados en la terminación eran las sub comisiones de Básquetbol y la de Fiestas, estos por los bailes y en octubre de 1967 fueron autorizados a instalar los aros, se marca la cancha y así queda instalada la cancha de básquetbol, donde se conoció como “Piso de Deportes”, donde hubo gran actividad bailable y basquetbolística.

torneo de Minibasquet en el Piso de Deportes

Para las anteriores grandes obras, en realidad se contó con recursos; pero para la construcción de la sede, sin recursos, se realizaron esfuerzos enormes, resultó una empresa extraordinaria porque los costos eran altísimos y había constantes incrementos de los precios de la construcción. Además, no se disponía de dinero para este fin. Por eso debe rendirse homenaje a los directivos y asociados que no sólo pusieron sus inteligencias y experiencias para la proyección de la obra, sino que se pasaron varios años corriendo a los bancos, contrayendo créditos con sus propias firmas de garantía, adquirían bonos que después donaban o rifas o directamente ponían dinero de sus bolsillos; controlaban las obras y aportaban con trabajo o materiales, los que no tenían facilidades económicas. Se hacían pequeñas compras (para semejante obra) a medida que se podía pagar o se lograba comprar fiado. Los esfuerzos que hicieron fueron enormes, por ver una obra tan esperada y que tantas ilusiones había despertado. Ahora, desde la distancia, sólo vemos un magnífico edificio donde funciona el ISETA, pero sería importante que siempre se reconociera todo lo que hicieron tantos directivos y asociados para que esta empresa, como justo homenaje, sea recordada.

 

VENTA DEL EDIFICIO Y CONSTRUCCIÓN DE UNA NUEVA SEDE SOCIAL

Ahora el Club contaba con una magnífica sede social, con muchas actividades sociales y culturales en la planta baja y con un salón de deportes en su primer piso, en un lugar céntrico; y por otro lado un estadio modelo donde se desarrollaban las demás actividades deportivas.

Esta situación provocó un interesante debate, en torno a la conveniencia o no de tener prácticamente dos clubes y en la necesidad de concentrar toda la actividad deportiva, administrativa, cultural y social en un solo lugar.

En tanto, en el año 1975, la Institución recibe una oferta extraoficial de parte de la Provincia, interesada en comprar la sede para el Ministerio de Educación. En ese tiempo fue creado el ISETA.

Al año siguiente y sin tomar mayormente en cuenta estas gestiones, el día 29 de octubre se realiza una Asamblea extraordinaria para tratar el tema, presentándose un anteproyecto de la obra y una propuesta financiera, pero los altos costos hacen que no se pueda tomar ninguna resolución.

Y sucede que las autoridades provinciales insisten en el año 1978, ahora en forma oficial con la oferta, lo que provoca una gran movilización de dirigentes y asociados en torno a la discusión de este tema, que provoca numerosas consultas y estudios financieros, inmobiliarios y arquitectónicos y finalmente se convoca a Asamblea Extraordinaria para el día 24 de mayo y luego de extensas deliberaciones y consideraciones históricas, técnicas y económicas, se somete a votación la venta de la sede, resolviendo por la afirmativa 68 asociados y 12 por la negativa y se trataron todos los detalles de la operación.

Concluida la asamblea y con la emoción del momento, allí mismo ya se habla de las obras que se harán en el Estadio con el producto de la venta; en otra reunión el día 21 de julio, el arquitecto Rodolfo Bai y los Ingenieros Juan C. Schiaffino y Aldo Lizarralde presentaron los anteproyectos, exponiendo las ideas referidas a la construcción de una planta alta en la sede existente y de un gran gimnasio, discutiéndose extensamente en torno a las obras, ubicaciones, estructuras, comodidades, aspectos deportivos, sociales, ecológicos y ambientales y demás detalles que habían despertado enorme interés entre los asambleístas y asociados en general, trascendiendo evidentemente a todo el ámbito local.

Finalmente, en La Plata, luego de discusiones sobre el precio, forma de pago y posesión, acuerdan la venta en $ 150.000.000, pagaderos 50 % al contado, con entrega de la posesión y el saldo al escriturar, dentro de los 30 días, aunque se logró flexibilizar la fecha de entrega del inmueble, para no tener que desalojar tan pronto semejante estructura.

El 10 de agosto de 1978 se firmó en la Escribanía General de Gobierno, en la ciudad de La Plata, la escritura traslativa del domino del inmueble y se percibió el saldo del precio.

Dentro de la euforia lógica del momento, hubo que resolver otras cuestiones no menores, como el lugar de funcionamiento de la sede social mientras durara la obra, el traslado y ubicación transitoria de la biblioteca, documentación y mobiliario como asimismo un lugar cerrado para el básquetbol, en plena competencia oficial en la Asociación de Junín.

La sede se desocupó en noviembre y se instaló en un local alquilado en Vedia casi La Rioja; el Piso de Deportes siguió funcionando hasta el mes de marzo de 1979 y la gente del básquet arregló con el Club Agustín Alvarez, que le prestó su salón de avenida San Martín.

Una vez recibido el dinero, de inmediato se inician las obras, construyendo todo lo que hoy comprende la sede social sobre avenida Mitre, en planta baja y planta alta, con un hall central y escalera y una serie de dependencias, secretaría, biblioteca, salón para gimnasio de aparatos y en la planta alta dos grandes salones con sus cocinas y baños.

Y el gimnasio, que se hizo con tribunas de cemento en ambos laterales, vestuarios para local y visitante, baños para el público, boleterías y depósito, con iluminación apta para la práctica de deportes.

Cabe destacar que quedó a cargo de la sub comisión de Basquet la compra y colocación del piso, pintura de las tribunas, compra y colocación de los aros con parantes hidráulicos, tableros de vidrio, las plateas y un marcador electrónico.

Para recaudar fondos, de inmediato organizaron la venta del metro cuadrado del piso, se pusieron a la venta abonos de las plateas y se vendieron costosos avisos publicitarios, con lo que se pudieron pagar todas las obras complementarias.

Si bien la suma recibida fue enorme, no menos importantes eran los costos de las obras como también el incremento incesante del índice de precios de la construcción: afortunadamente el club contaba con muchos dirigentes preparados, agrupados en dos comisiones para hacer frente a semejante compromiso, ambas asesoradas por profesionales allegados al club y muy comprometidos con el emprendimiento.

Deducidos los gastos e impuestos, quedaron de la venta $ 142.576.072, (sobre un presupuesto de obra de $ 360 millones), logrando recaudar bastante más del doble de lo percibido, mediante exitosas operaciones financieras, además de los recursos naturales del club, incrementados ahora por la cantidad de socios que se hicieron: había 2.500 y sobre el filo del año, al 31 de octubre se hicieron 880 nuevos.

El excelente manejo de los fondos, la celeridad y economías en las compras, con un control estricto de las obras, se evitaron las consecuencias de la inflación y se pudo terminar la construcción sin haber endeudado al club; por ejemplo, se destacó que con los intereses de dos meses se pudo comprar el techo del gimnasio, de 1.200 ms2, con un costo de 26 millones de pesos.

Para satisfacción de dirigentes y asociados, se informó que había sido cubierto el 100 % del costo de la obra.

 

INAUGURACIONES DE LA SEDE SOCIAL Y DEL GIMNASIO

Resultó otro acontecimiento social para la ciudad las inauguraciones de la Sede y del gimnasio: la primera fue el 17 de octubre de 1980 con cortes de cintas, bendición y discursos y una gran cena con centenares de asociados e invitados para celebrar la culminación de semejante obra.

Y no menos trascendente fue la inauguración del Gimnasio, el día siguiente, con un partido realmente de primera: se enfrentaron nada menos que los primeros equipos de River y Boca, con todos sus titulares y jugadores extranjeros, que estaban compitiendo en la categoría superior de la Federación de Capital Federal; las tribunas estaban colmadas con espectadores de toda la región; el partido fue transmitido en directo por radio Rivadavia y cubierto por el periodismo oral y escrito nacional.

 

 

 

últimas noticias

Relacionados